Un caso conmueve al Reino Unido luego de conocerse la historia de Archie Squire, un bebé de apenas un año que perdió la vida a causa de una extraña afección cardíaca congénita que no fue identificada a tiempo por los especialistas que lo atendieron. Sus padres denunciaron que lo llevaron a la guardia médica más de diez veces, pero en cada oportunidad recibían el mismo diagnóstico: infecciones respiratorias o bronquiolitis crónica.Archie, según relataron sus familiares, era un niño alegre que “sonreía todo el tiempo” y se convirtió en la luz de sus padres durante el primer año de vida. Sin embargo, esa felicidad quedó truncada por una condición extremadamente rara de la que existen menos de 50 registros en todo el mundo. La falta de un diagnóstico certero derivó en su fallecimiento poco después de cumplir su primer año.
