Una situación legal protagonizada por Jessica Simpson, una mujer transgénero canadiense anteriormente conocida como Jessica Yaniv, ha generado una intensa controversia en los últimos años, especialmente en torno al acceso a la atención médica y los límites profesionales de quienes la brindan. Todo comenzó con una serie de denuncias que desencadenaron un profundo debate sobre los derechos individuales, las regulaciones del sector salud y los estándares de los servicios personales. La historia cobró notoriedad en 2018, cuando Simpson, quien reside en Langley, Columbia Británica, presentó varias quejas formales contra esteticistas que se negaron a realizarle un tratamiento de depilación íntima. Simpson, de 37 años, solicitaba un procedimiento comúnmente llamado depilación brasileña, que habitualmente está destinado a personas con anatomía femenina. Sin embargo, dado que ella no se había sometido a cirugía de reasignación genital, el tratamiento solicitado requería una técnica diferente, para la cual las profesionales no estaban capacitadas.
